Algunas reflexiones sobre materiales y herramientas
- Paco Gascón
- 8 ene 2018
- 4 Min. de lectura
Esta entrada corresponde a la actividad propuesta en la unidad 2 de #VisualMooc, Elementos, formatos y herramientas para visualizar y se enmarca en el apartado Materiales y herramientas del bloque Ideas clave.
He de comenzar dejando claro que, aunque tengo cierta afición por el dibujo, mi desconocimiento de materiales, herramientas, marcas o técnicas adecuadas para servir a diferentes propósitos es mayúsculo - siempre que me he puesto a dibujar algo he agarrado lo que he tenido más a mano, normalmente lápiz o boli, y... ancha es Castilla. Por lo tanto, me temo que lo que diga a a partir de ahora va a reflejar cualquier cosa menos profesionalidad.
En primer lugar, si he de elegir entre dibujo manual y digital, creo que me decantaré por la primera opción porque, si bien las opciones del dibujo digital son muchas y los acabados mucho mejores si eres un dibujante amateur, también es cierto que, desde mi punto de vista, la seguridad que ofrece la interacción directa entre tus manos y el papel es mayor y, además, te ahorra el paso de aprender el manejo del software o app que necesites utilizar. No obstante, he aprovechado el mooc para echarle un vistazo a algunas de las apps que se sugieren en el artículo Las mejores apps para dibujar en la tableta e intentar empezar a trabajar con la que me parezca más atractiva.
Dibujo manual
Como he dicho antes, mi desconocimiento de herramientas para el dibujo o la pintura es vasto, así que tendré que limitarme a reflexionar sobre mi propia experiencia en este sentido.
El lápiz (y un buen borrador siempre a mano) aporta seguridad y tiene el extra de los matices de negro que se pueden conseguir, no sólo en base a la dureza de la mina, sino a la presión que ejerzamos sobre él o el ángulo de escritura. Por contra, los trabajos a lápiz son a la larga perecederos y el acabado quizá no es tan vivo como la tinta. En cualquier caso siempre se puede hacer algo a lápiz y retintar después - pero el trabajo es doble. En cuanto a tipos, el clásico Staedtler amarillo y negro de dureza media (HB) o tirando a baja (B o B2).


El bolígrafo - azul o negro - parece la Cenicienta del trío ya que no ofrece la versatilidad del lápiz ni el acabado de la tinta, pero, pero, precisamente por estar asociado a contextos de trabajo totalmente informales - el garabateo asociado a periodos de estudio, toma de apuntes o a los momentos de tedio que surgen en clases o conferencias - es la herramienta con la que al final surgen las creaciones más espontáneas, ya que se trabaja sin la presión de conseguir un acabado más o menos decente. Los Pilot de tinta de gel son muy buenos y por supuesto, el Bic cristal.
En cuanto a la tinta, mi experiencia con los Rotring y el dibujo lineal en el instituto fue nefasta: por cada lámina que conseguí finalizar, había tirado tres o cuatro con borrones o raspadura de cuchilla. El acabado es impecable, pero la destreza que se requiere para llegar ahí es infinita - sin embargo, como la perfección no es un objetivo prioritario en VT, siempre es factible usar rotuladores para dibujar y, sin duda, para colorear. Prefiero los de punta blanda, que son especialmente adecuados para insertar texto o aventurarse en el lettering.

Y por último, si mi desconocimiento de las herramientas de dibujo es grande, el de los soportes es gigantesco, por lo que sobre el papel lo poco que puedo señalar es que prefiero los papeles de grosor medio/alto, con algo de peso y satinación baja.
Dibujo digital
He utilizado ocasionalmente software de dibujo digital - Corel Draw y después Illustrator - y herramientas de retoque fotográfico - Photoshop, Snapseed, etc. -, pero nunca una app para dibujar a mano alzada en tablets o móviles como las que se sugieren en el curso. He mirado por encima algunas de las que están disponibles para Android y disponen de versión gratuita y la que más me ha gustado ha sido Autodesk Sketchbook.

Entre las cosas que me han gustado están:
El espacio de trabajo es amplio porque la barra de herramientas está minimizada al máximo y, además, ofrece la opción de pantalla completa. Además tiene "atajos de esquina", es decir, existen botones invisibles en las esquinas del espacio de trabajo que se activa con un double tap, es decir, tocando dos veces seguidas en esa zona de la pantalla.
La variedad de lápices, plumas, pinceles y borradores que ofrece la versión gratuita es más que suficiente para lo que necesito.
Da la opción de guardar tu propia biblioteca de herramientas y paleta de colores.
Trabaja por capas (no he comprobado el número total de capas que la versión gratuita permite por boceto) con diferentes opciones de fusión. Las capas se pueden copiar y reutilizar en nuevos bocetos, lo cual resulta muy útil.
Se pueden importar imágenes al espacio de trabajo, así como añadir texto.
Existe la posibilidad de incluir formas preconfiguradas, aunque ciertamente no son muchas las que hay (óvalo y rectángulo). También hay herramientas extra que ofrecen la posibilidad de crear dibujos simétricos y variar significativamente los parámetros.
Los trabajos se pueden guardar en modo local, en un espacio virtual (siempre que nos demos de alta como usuarios en su web) y se pueden compartir a través de redes sociales directamente desde la app.
Por último, aunque creo que la versión gratuita es más que suficiente para empezar, la versión pro ofrece una cantidad enorme de herramientas extra y a un precio bastante asequible: un solo pago de 5,57€.
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