Memoria y atención
- Paco Gascón
- 13 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Esta breve reflexión responde a lo requerido en el apartado Ideas clave de la unidad 3 del MOOC Visual thinking en educación.
La atención, como se señala en el curso, es un requerimiento previo a cualquier aprendizaje y conseguir activarla depende de una variedad de factores:
La edad de los alumnos.
El estadio de desarrollo cognitivo en el que se encuentren.
El tipo de contenido/actividad.
La forma de presentar el contenido o llevar a cabo la tarea.
Intereses y motivaciones de cada chico o chica.
Factores ambientales diversos (ruido, espacio de trabajo, hora del día...)
Circunstancias personales de cada individuo.

Ante tal cantidad de elementos en juego, el ser completamente efectivo a la hora de captar su atención es prácticamente imposible, pero como educadores, todos ensayamos estrategias en el aula para trabajar la atención de los alumnos. Trabajo en secundaria y soy profe de inglés. Por mi experiencia, sé que este área por una parte da mucho juego, porque la cantidad de contenidos que se pueden abarcar y el tipo de actividades que se pueden llevar a cabo son enormes, pero, por otra, el hecho de que la lengua vehicular sea distinta a la propia es un factor que a veces distrae la atención de algunos chicos y chicas. Desde mi punto de vista, la claves están en:
Encontrar motivación.
Ofrecer una variedad amplia de tareas con las que se trabajen diferentes tipos de capacidades cognitivas (inteligencias múltiples).
Favorecer la interacción y el aprendizaje entre iguales.
Presentar los contenidos de forma atractiva y a través de diferentes canales y lenguajes (textual, visual, auditivo, audiovisual, interactivo,...)

En cuanto a la memoria, la enseñanza de lenguas extranjeras es un área en la que los contenidos no están tan compartimentados como en otras áreas que sí son susceptibles de ser organizadas en bloques. Por lo tanto, en inglés, el hecho de que lo aprendido se ponga continuamente en circulación (a través de la propia comunicación en el aula, o de la lectura de textos o de la elaboración de producciones escritas) favorece la memorización de funciones, estructuras y léxico.
Además hay muchas actividades con las que trabajar la memoria verbal o visual: desde la elaboración de esquemas y mapas mentales a ejercicios como memory games, encontrar diferencias entre imágenes, dictados visuales, juegos de memoria (I packed my bag), etc. Por último, creo que el VT, entre otras virtudes, ofrece a los alumnos la posibilidad de elaborar materiales propios que van a facilitar tanto la comprensión como la memorización de contenidos.
Imágenes:
1(https://www.someecards.com)
2(https://www.iconfinder.com/icons/984727/body_parts_finger_hand_human_memory_remember_ribbon_icon)
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